Hace unas semanas iba manejando por Reforma cuando recibí la llamada de Sergio, el Editor en Jefe de Indie Rocks! Supongo que lo sensato hubiera sido no contestar mientras manejaba pero la experiencia me ha enseñado que a Sergio siempre hay que contestarle al instante (una vez, por lo hacerlo me perdí una entrevista telefónica con mi amor platónico, el hermosísimo Devendra Banhart)
Contesté y me respondió con una pregunta: ¿qué vas a hacer del 6 al 10 de agosto? Le dije que nada y me preguntó que si quería ir a San Francisco a hacer una cobertura de Outside Lands, un festival de música que se lleva a cabo en el Golden Gate Park. Mi respuesta fue inmediata: ¡Sí! (Ya después vería cómo conseguir permiso en mi trabajo oficial)
Pasó el tiempo y de pronto ya estaba en las oficinas de Timberland México, eligiendo qué botas llevarme. ¡Gracias Timberland! Luego ya en el aeropuerto me encontré con Bruno, el fotógrafo que se rifó con unas super imágenes de todo lo que pasó en el festival. Siempre he admirado a los fotógrafos de conciertos que corren de un escenario a otro para capturar los mejores momentos, pero luego de mi experiencia como fotógrafa en el pit de Coachella, los admiro un poco más. ¡Es can-sa-dí-si-mo!
Mis botas Timberland.
El caso es que después de un vuelo de cuatro horas en el que no nos dieron ni unos cacahuates y tuvimos que soportar el mediocre servicio de United Airlines, llegamos a San Francisco. Nuestro hotel estaba en San Mateo así que tuvimos que trasladarnos y luego de dejar nuestras cosas volvimos a San Fran para cenar en el Pier 39. Yo pedí un clam chowder que estuvo delicioso pero en honor a la verdad, creo que después de tantas horas de ayuno lo que fuera me hubiera sabido bien. (Sólo había desayunado unas barritas Marinela porque eso de ser housewife no se me da) Bruno y yo estábamos muertos así que después de cenar nos fuimos a dormir.
Que mi trabajo consista en viajar, escuchar música, platicar con gente cool y escribir es lo máximo. ¡Gracias Indie Rocks!!
Al día siguiente llegamos al Golden Gate Park. ¡Me fascinó! Es todo un bosque y el ambiente del festival era bastante más relajado que por ejemplo, Coachella. Había mucha gente vestida padre y caminar de un escenario a otro era bastante fácil por la distribución. Incluso había partes que olían a eucalipto. Del primer día lo que más me gustó George Ezra, St. Vincent y Mumford & Sons (Den click aquí está mi reseña del viernes) Pero mejor aun fue encontrarme a Cindy Yeung, quien es prima de Steph (una amiga que ya más bien es hermana). Cindy vive en San Francisco, pero antes vivía en Los Ángeles y hace muchos años me quedé en su casa cuando Steph y yo fuimos a Disney. Desde ahí nos llevamos bien y es mi prima de cariño. Por la distancia no nos vemos mucho así que fue super emocionante encontrarnos en medio de la gente.
Esa noche me quedé a dormir en casa de Tassie y Emilio. No, lamentablemente no son los guapísimos miembros de una banda. Emilio es mi mejor amigo, casi mi hermano, así que lo alcancé en un bar cerca de Castro. Ahí su esposa (Tassie) me invitó unos mezcales y se portó super linda. Nos dio espacio para chismear a gusto y de ahí nos fuimos a otro bar para finalmente ir a su departamento. Ahí platicamos otro rato y en la mañana desayunamos juntos.
Mi querido amigo Emilio. Ya sé que está rara la calidad de la foto pero me encanta que parece un ángel.
Tassie y Emilio iban a salir de la ciudad pero antes me dieron un aventón al water front donde caminé un poco y vi varios puestos, hasta finalmente dirigirme a Coit Tower a admirar la vista de la ciudad. La subida estuvo pesadísima pero fue muy agradable ya que el camino está lleno de flores onda “Secret Garden”. Ahí me quedé un rato y luego pedí un taxi que me dejó en Height Ashbury. Amé el barrio. Me metí a varias tiendas de ropa vintage y quería todo. Había mil cosas 100% mi estilo. Ya saben: oxfords bicolor, sombreros, tocados, ropa unisex, accesorios setenteros…







Aunque moría por quedarme a turistear otro rato sabía que el objetivo de mi viaje era otro: cubrir el festival así que me apuré y llegué al Golden Gate Park. Ahí me aventé otra caminata larguísima para llegar a la zona del parque donde era el evento pero ese paseo también estuvo muy lindo. Ya ahí me dediqué a ver bandas, tomar fotos con mi celular, investigar qué otras actividades había y conviví con los demás periodistas. De ese día lo que más me gustó fue Tame Impala. (Si quieren leer mi reseña de ese día, den click aquí)
Otra cosa que me encantó del festival fue el poder convivir con periodistas hipsters de otras partes del mundo. Me hice amiga de varios y platicábamos cada vez que nos encontrábamos en la carpa de prensa donde aunque para mi mala suerte no servía el WiFi, sí había cerveza, Red Bull y agua de coco gratis. Sobra decir que me la viví tipsy. Platiqué con gente de Rolling Stone, Billboard y con un muy guapo colaborador de Elite Daily.


Finalmente llegó el domingo. Yo estaba muy emocionada porque ese día tocaba Elton John y aparte de que crecí escuchándolo en Universal Stereo, soy muy, muy fan de “Almost Famous”, una película sobre un chavo que es periodista musical (de chiquita quería ser como él cuando fuera grande) Una de las mejores escenas de la cinta es cuando todos cantan “Tiny Dancer” así que me parecía muy apropiado escucharla en vivo ahora que medio cumplí mi sueño de ser como el protagonista. De ese día también me gustó bastante Sam Smith pero eso pueden leerlo en mi reseña dando click aquí. Ese día intenté auto inducirme un coma diabético: me comí una donut burger (una hamburguesa con dos donas en lugar de panes) y me encontré con mi querido John Swartz quien desde hace unos meses vive en San Francisco.

La donut burger. No lo intenten en casa. Es un atasque.









Ya que acabó el festival Bruno y yo estábamos un poco estresados pues nos íbamos a quedar sin transporte al hotel, pero tuvimos muchísima suerte: el taxista que nos llevó a la estación de tren era un psicópata y lo digo con todo la admiración del mundo. Para empezar tenía un look onda Kurt Cobain y luego cuando un coche no nos dejaba pasar le gritó “I´m a taxi, I´m not delivering pizzas” Lo amenazó y le dijo que no interrumpiera su misión de llevarnos a tiempo. También dio un super frenón cuando casi chocamos, y bueno, fue nuestra hada madrina versión rock n´roll. Literal llegamos, nos subimos y salió el último tren. ¡Bendito taxista psicópata!
El viaje se me pasó rapídisimo pero la pasé increíble. Además me siento muy afortunada de que mi trabajo consista en viajar, escuchar música que me gusta y escribir. ¡Un sueño! Infinitas gracias a Indie Rocks! y Timberland México por confiar en mi para hacer esta cobertura. Ojalá el próximo año vuelva a ir a Outside Lands y ojalá antes de cumplir 30 se me haga ir a Glastonbury.